lunes, 28 de mayo de 2012

Antes que nada, convendría describir un poco a los personajes habituales y de los que me imagino hablaré en diversas ocasiones.
Primeramente me centraré en los que regentan la cafetería que es el nexo de unión de estos encuentros. Éstos son una familia china compuesta por los padres, los hijos y los hijos de estos últimos que son todavía bebés. Son diligentes, inteligentes y amables. Normalmente, suelo conversar recién llego a la cafetería con el patriarca familiar (que por otra parte es el que más curra). Las conversaciones no suelen pasar del protocolo habitual del tiempo, lo sucias que están las aceras desde hace 1 año o de las aceiteras y vinagreras que le "han volao" últimamente. No obstante, cuando no tiene mucha faena, y cuando no estoy loco por coger el periódico y ponerme de muy mala leche nos enzarzamos con alguna conversación simpática. La más recurrente es que Xiu (así se llama él) me dice no entender como hay tantos festivos en España, y menos todavía que es eso de "los puentes". Yo, he intentado explicárselo de todas las formas posibles; desde las luchas históricas de los sindicatos de clase de principios del siglo xx para que el trabajador trabajase para vivir y no al revés, hasta los efectos beneficiosos que tienen estos días de vacaciones de más para el turismo. He de confesar que Xiu me mira con incredulidad y negando con la cabeza. No obstante, la última vez que salió esta recurrente conversación, el 1 de mayo que pese a ser festivo Xiu trabajaba porque "no está enfermo", zanjé la conversación con Xiu diciéndole: "Mira Xiu, si España tiene más esperanza de vida que China, no es solo por nuestra sanidad, es también por los puentes... Xiu, ¡ Los puentes nos dan vida!